El «tramposo» vencedor del campeonato mundial de romper castañas

Comenzar

Desde tiempos inmemoriales, los niños británicos celebran la llegada del otoño jugando a los conkers. El juego consiste en chocar alternativamente dos castañas, perforadas en el centro y suspendidas en una cuerda de 20 centímetros, con un nudo en cada extremo para que el fruto no se escape. El ganador es el que logra romper antes la castaña del rival.

El poeta Robert Southey dio constancia de la existencia del popular juego infantil en sus memorias publicadas en 1821. Originalmente, en vez de las duras castañas, se usaban frágiles conchas de caracol atadas a una cuerda para chocar (de ahí la palabra conker, posiblemente derivada del francés conque). Aunque el término puede provenir también del inglés conquer, conquistar, porque de eso se trata…

King Conker es precisamente el pomposo nombre con el que se distingue al vencedor del Campeonato Mundial del Choque de Castañas, que se celebra todos los años a la entrada del otoño en la localidad de Southwick. Más de 200 adultos participan en el insólito concurso, en medio de un ambiente delirante y festivo en plena campiña inglesa.

El ganador masculino fue este año David Jakins, de 82 años, ingeniero jubilado, que llevaba intentándolo infructuosamente desde 1977. Jakins se jactó ante las cámaras diciendo que el secreto para romper la castaña del rival es básicamente «un golpe de suerte». Pero el finalista, Alastair Johnson-Ferguson, notó algo extraño en la última partida y así lo hizo saber: «Mi conker se desintegró prácticamente de un solo golpe, y eso es algo que yo no había visto que sucediera antes. Creo que pudo haber juego sucio y expresé mi sospecha a los organizadores».

La directiva de la World Conker Championships (WCC) abrió una investigación en toda regla, y en un registro realizado en los bolsillos del ropaje verde del campeón se encontró nada menos que una castaña falsa de acero. Jakins lanzó balones fuera y alegó que nunca la utilizó en el concurso, que la llevaba con «fines humorísticos» para divertir a los niños, y como complemento de sus collares de castañas que forman parte del atrezo de la competición.

La noticia de un campeón tramposo en el campeonato mundial de Conkers saltó a los grandes titulares en la prensa nacional. Aunque el presidente del comité organizador, John Burkett, expresó su extrañeza en declaraciones a Sky News: «Cuatro jueces vigilaban muy de cerca la partida y parece que era virtualmente imposible hacer trampa».

David Jakins perdió en cualquier caso la finalísima con la campeona femenina y Queen Conker, la debutante norteamericana Kelsey Banschbach, de 34 años y natural del Indianápolis. En un breve comunicado, entre tanto, los organizadores decidieron distinguir al King Conker mientras no se demuestre lo contrario, teniendo en cuenta el reconocimiento ganado por Jakins durante casi medio siglo en la competición.

El incidente ha servido para poner en el candelero el campeonato alternativo de conker en Peckham, al sureste de Londres, donde se permite endurecer las castañas con cualquiera de los métodos conocidos (cociéndolas en el horno, empapándolas con vinagre o barnizándolas con esmalte) y los no conocidos. «La castaña de acero habría ganado posiblemente en Peckham, admitió a The Guardian el organizador Chris Quinchley. «Aquí no somos puristas con el juego; nuestras reglas son al estilo Fight Club«.

Moha.es